Desmitificando: Adopción y embarazo

La biología estupenda Desmitificando Artículo 6 de 11

Esta nota nace de una observación casual que es, a la vez, una creencia popular muy extendida: todo el mundo sabe, o ha oído, que, después de adoptar, a muchas mujeres les llega el embarazo. Por tanto, adoptar aumenta la fertilidad. Es una creencia popular que carece de base científica. No hay estudios concluyentes que relacionen la fertilidad con la adopción. Y, además, es sorprendente la escasez de investigaciones actuales sobre este tema. Se publicaron como una docena de artículos en la década de los sesenta y, más adelante, muy poco. O, por lo menos, yo no he sido capaz de encontrarlos. Y, también, hay alguna investigación que relaciona programas de fertilidad con proyectos de adopción aunque, también es curioso, en algunos países está prohibido seguir simultáneamente las dos vías pata tener hijos.

En fin, que existe una considerable confusión sobre si adoptar un niño aumenta la probabilidad de concebir en una, hasta ese momento, pareja no fértil. Como decía, son dos las posibilidades: o es un hecho científico o es un mito popular.

Foto: Astrid Pereira / Pixabay

Y ahora repasemos los datos que conocemos, y repito, casi todos de los sesenta. Aunque primero nos vamos hasta los cincuenta, en concreto a 1950. Aquel año, Hansen y Rock publicaron una revisión de los trabajos publicados entre 1930 y 1950. Encontraron en la literatura médica a 202 parejas que adoptaron, con un porcentaje del 8% de embarazo posterior, algo menor del 10% habitual en parejas que no adoptan.

Y ya en los sesenta, en Inglaterra y en el Hospital de Manchester, se hizo un seguimiento de dos grupos de 25 parejas con problemas de fertilidad, sin problemas físicos o síntomas de estrés y ansiedad. En el primer grupo, 18 parejas quedan embarazadas en los años siguientes a la adopción. En el segundo grupo, los que no adoptaron, son 11 las parejas que tienen un hijo. Hay una diferencia evidente a favor de la adopción pero, sin embargo, los porcentajes son demasiado altos: el 36% entre los que adoptan y el 22% en los que no adoptan. Sin embargo, en otro estudio con 113 parejas que no adoptan y 249 que adoptan, los resultados son contrarios. Conciben un hijo el 35.4% de los que no adoptan, y lo hacen el 22.9% de los que adoptan. Y más, en otro estudio con 438 parejas y, de ellas, 198 adoptan y 247 no lo hacen. El 18.2% de los que no adoptan tienen un hijo, y el 16.2% de los que adoptan también lo tienen. Y otro estudio más, de Aronson y Gliencke, con un 2.9% de embarazos después de la adopción.

Hay autores posteriores que critican estos trabajos, puesto que a la vez que adoptan, siguen tratamientos para aumentar la fertilidad y, parece ser, no queda clara la causa de los embarazos. Tampoco se indica, en algunos casos, si los porcentajes de embarazos de mujeres que han adoptado se refieren al grupo de mujeres que lo han hecho, a la totalidad del grupo que asiste a la clínica de fertilidad o a la totalidad de la población.

Son porcentajes diferentes los que encuentran en el Hospital de Colchester, en Inglaterra, de 216 parejas, hay 59 que han adoptado y, de ellas, 5 han tenido un hijo después de la adopción. Por tanto, es el 8.4% o, si se quiere, el 2.3% del total de parejas.

En Australia y en uno de los pocos estudios de los setenta, de 210 parejas, 29 tienen un hijo después de la adopción, es decir, el 13.8%. También es de esta década el estudio de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, con 895 parejas. Adoptan 128 y hay 21 que tienen un hijo. De las 767 que no adoptan hay 329 que queda embarazadas. Los porcentajes son, para las parejas que no adoptan, del 36.8% y, para las que adoptan del 2.3%. Cuando los autores ajustan la estadística para la edad y el tiempo que ha durado la infertilidad, no hay diferencias significativas entre ambos grupos.

Incluso hay quienes adoptan con el objetivo de mejorar su fertilidad y conseguir el embarazo más adelante. En un estudio con 52 madres adoptivas, en Inglaterra, el 14% tiene un hijo después de la adopción y la mitad de las madres, más tres que no lo consiguieron, reconocieron que habían iniciado el proceso de adopción con la intención de quedar después embarazadas.

En conclusión, está extendida la creencia de que es muy común que, después de adoptar, crece la posibilidad de quedar embarazada la madre. Casi todo el mundo tiene un amigo o ha oído hablar de alguien que, después de adoptar, no tiene ningún problema en tener un hijo propio. Es una idea alimentada tanto por médicos como por el resto de ciudadanos. Como escribieron Howard Aronson y Carl Gliencke, de los Servicios Psiquiátricos de Milwaukee, en Estados Unidos, “reaccionamos, quizá emocionalmente, y estamos inclinados a responder que sí, que ocurre frecuentemente”. Incluso algún médico ha afirmado que “en el 100% de las adopciones en que no hay problemas orgánicos de infertilidad, la mujer concibe”. Tampoco hay que olvidar que, cuando se ha investigado la intervención psicológica para mujeres infértiles, tal como escriben Yoon Frederiksen y sus colegas, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, las mayores reducciones de la ansiedad se asocian con las subidas más grandes de la tasa de embarazos. Y, se puede suponer, que en parejas infértiles, la ansiedad disminuye después de la adopción.

En resumen, el porcentaje de mujeres embarazadas después de la adopción va del 8% al 36%, con el problema de conocer con exactitud respecto a que población se ha calculado, como comentaba antes. Además y en general, sea como sea que se ha calculado el porcentaje, dentro de cada estudio es bastante parecido el número de mujeres embarazadas tanto si adoptan como si no lo hacen. Y siempre teniendo en cuenta que son mujeres con problemas de fertilidad que acuden a clínicas especializadas.

Y un dato más para terminar, en España, con datos actualizados para enero de 2017 y según el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, la tasa global de fecundidad es del 3.9%, que es el número de nacidos por cada 100 mujeres entre 15 y 49 años.

Referencia:

Aronson, H.G. & C.F. Gliencke. 1963. A study of the incidence of pregnancy following adoption. Fertility and Sterility 14: 547-553.

Frederiksen, Y. et al. Efficacy of psychosocial interventions for psychological and pregnancy outcomes in infertile women and men: a systematic review and meta-analysis. BMJ Open 5: e006592.

Hanson, F.M: & J. Rock. 1950. The effect of adoption on fertility and other reproductive functions. American Journal of Obstetrics and Gynecology 59: 311-320.

Humphrey, M. & K.M. McKenzie. 1967. Infertility and Adoption. Follow-up of 216 couples attending a hospital clinic. British Journal of Preventive & Social Medicine 21: 90-96.

Humphrey, M. & C. Ounsted. 1964. Adoptive families referred for psychiatric advice. II. The parents. British Journal of Psychiatry 110: 549-555.

Kraus, J. 1976. Expectancy of fertility after adoption. Australian Social Work 29: 19-24.

Lamb, E.J. & S. Leurgans. 1979. Does adoption affect subsequent fertility? American Journal of Obstetrics and Gynecology 134: 138-144.

Rock, J. et al. 1965. Effect of adoption on fertility. Fertility and Sterility 16: 305-312.

Sandler, B. 1965. Conception after adoption: A comparison of conception rates. Fertility and Sterility 16: 313-322.

Weir, W.C. & D.R. Weir. 1966. Adoption and subsequent conceptions. Fertility and Sterility 17: 283-288.

Sobre el autor: Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda.

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