clarinete
Seguro que tú también lo viste. Fue un vídeo viral hace bastantes años ya (siempre más de los que parecen). En él, un tipo con una camisa chillona utilizaba un taladro para fabricarse un instrumento musical con… una zanahoria. Sí, ¡una zanahoria!, y lo peor es que la melodía resultaba hasta pegadiza.
Desde entonces, Linsey Pollak saltó a la fama como el músico de los instrumentos insospechados, un tipo capaz de arrancarle una notas a casi cualquier cosa. La zanahoria era solo uno de muchos ejemplos. Después de aquella charla TEDx, hemos podido ver al músico australiano tocando el bate de baseball, la regadera, un manillar de bicicleta, y a veces también (esto es más raro) el saxofón.
La imaginación de Pollak parece no tener límites. En muchos casos, sus instrumentos consisten en una boquilla de saxofón acoplada a algún objeto con forma de tubo. Es, en parte, la gracia de los instrumentos de viento y aquello que los convierte en una de las tecnologías más antiguas de la humanidad: son muy fáciles de fabricar. Pero algunos de sus inventos van un poco más allá. Es el caso de Mr. Curly, que juega con la forma espiral del larguísimo tubo (de ahí la tesitura de contrabajo) para que todos los agujeros queden accesibles en el espacio de una mano. O, mi preferido, el “Foonki”, un clarinete de membrana construido de forma casera con materiales fáciles de encontrar en cualquier ferretería. Pollak explica cómo hacerlo en su canal de Youtube. Y, después que él, Nicolás Bras presentó su propia versión en un vídeo un poco más detallado.
Estas navidades, Iñaki y yo nos propusimos fabricar nuestro propio Foonki. Nos costó un rato encontrar los materiales perfectos y desentrañar los detalles de la boquilla. Así que, por si a alguien quiere repetir el experimento, aquí va una receta simplificada.
Instrucciones generales:
El clarinete de membrana es un instrumento de viento madera. En esencia, consiste en una membrana (léase, un globo, un trozo de plástico) que vibra contra una superficie sólida cuando se opone al paso del aire. En el Foonki, el aire entra por un agujero lateral, y recorre el espacio existente entre dos tubos concéntricos. Cuando llega al extremo, se encuentra con la mencionada membrana, la “estira” para poder pasar y regresa a través del tubo interno. En ese lapso, genera una vibración y el sonido resultante es bastante parecido al de un clarinete. La idea básica es el siguiente:
Ahora bien, en la práctica nosotros acabamos construyendo algo más bien parecido a lo siguiente. Trataré de explicarlo a continuación.
Ingredientes para un clarinete:
- Tubo de conducción eléctrica de Ø16 mm
- Tubo de conducción eléctrica de Ø20 mm.
- T de Ø20 mm.
- Reducción de Ø20 a Ø16 mm.
- Manguito de presión, Ø16 mm.
- Membrana: vale un guante de goma, globo, plástico, o similar.
- Herramientas: una sierra (para cortar los tubos), un taladro, cinta aislante, una lija redonda.
Cómo construir la boquilla:
Empezaremos por cortar los tubos de conducción (en morado, en la figura). Necesitaremos:
- Un trozo tubo de Ø16 mm de unos 10 cm de longitud (que sea más largo que la T, en cualquier caso).
- Otro trozo de Ø20 mm de unos 4 cm de longitud.
A continuación, vamos a completar los brazos de la T. En el extremo inferior, colocaremos la reducción de pvc. Esta pieza permitirá que el aire no se salga de la T “por debajo” de la boquilla. Por eso queremos que quede muy bien sellada y fija a la T. Si fuese necesario, se puede usar cinta aislante para reducir el espacio entre las dos piezas (nosotros utilizamos un martillo para colocarla en su posición final).
En el brazo superior de la T, colocaremos el trozo de tubo de Ø20 mm. Esta pieza también debe quedar bien fija a la T, sin que pueda salirse el aire entre ambas (de nuevo, se puede usar cinta aislante en caso necesario).
Introducimos el tubo de Ø16 mm desde el extremo inferior de la T, hasta que quede alineado en la parte superior con el tubo de Ø20 mm.
Por último, colocaremos la membrana, como si fuese una capucha, a la salida de los dos tubos. Podemos fijarla en esta posición con ayuda de una goma elástica, un manguito, o similar. Recomiendo no usar cinta aislante para esto, ya que hará más difícil “estirar” y mover la membrana en busca de un sonido mejor.
¡Y listo! Basta con soplar por el cuello de la T para que el invento empiece a sonar. A veces hay que jugar un poco con la posición del tubo interior, y con la tensión de la membrana para conseguir un sonido más o menos estable. Pero es sorprendentemente fácil conseguir que el invento funcione.
Cómo taladrar el tubo:
Para poder tocar distintas notas con el clarinete de membrana necesitamos un tubo con una serie de agujeros estratégicamente situados. Utilizaremos un tubo de Ø16 mm y lo acoplaremos a la boquilla con ayuda del manguito. Para saber cómo cortarlo y dónde taladrar, nosotros utilizamos esta plantilla de Nicolas Bras como punto de partida. Linsey Pollak tiene otra parecida en su página web. Es importante tener en cuenta que las distancias están medidas desde la membrana del clarinete, así que no basta con medir el tubo que vas a acoplar.
En cualquier caso, da un poco igual la plantilla que uses. Lo más probable es que alguna nota no te quede afinada a la primera. La física es complicada y la realidad está llena de márgenes de error, es lo que hay. Mi consejo es que empieces taladrando los agujeros con una broca pequeña. El sonido estará un semitono bajo, aproximadamente. Desde ese punto, con paciencia y una lija, puedes ir agrandando el agujero hasta conseguir la afinación perfecta.
Después de semejante sesión de bricolaje, tu clarinete debería estar listo. Ahora, ¡a tocar!
Para saber más:
El sonido del viento (2)
La ingeniería de las flautas (serie)
Sobre la autora: Almudena M. Castro es pianista, licenciada en bellas artes, graduada en física y divulgadora científica