La banda italiana de heavy metal Wind Rose acaba de lanzar un nuevo disco que incluye una canción titulada “Rock and Stone” (roca y piedra), sumándose así a la apasionante discusión sobre qué término es el correcto, si son o no sinónimos o cuándo hay que usar una palabra o la otra. Por suerte (o desgracia, ya veremos), la Real Academia Española (RAE) de la Lengua ha acudido en nuestro rescate, añadiendo unas definiciones precisas para piedra y roca que pueden (o no) aclararnos todas estas dudas. Veamos lo que nos dicen.
La RAE tiene varias acepciones para la palabra piedra, pero si nos fijamos en la primera, a priori la más importante, definen este término como “sustancia mineral, más o menos dura y compacta”. Por su parte, la primera definición de roca es “piedra, o vena de ella, muy dura y sólida”. Vamos, que parece que lo que diferencia ambos conceptos es la dureza que presentan: si es muy dura, se trata de una roca, mientras que si es más blandita, sería una piedra. Y aquí es donde se nos erizan los pelos de la nuca a todas las personas profesionales de la Geología.
La dureza es una propiedad de los minerales que se refiere a su resistencia mecánica a sufrir una fractura o alteración permanente en la superficie al aplicarles un objeto u otro mineral. Aunque la más conocida es la de Mohs, existen diversas escalas que ordenan los minerales de acuerdo a su dureza, y en ninguna de ellas encontramos una división en dos grandes grupos que nos diga “de aquí hasta aquí son piedras y a partir de aquí son rocas”. Entonces, ¿de dónde se ha sacado la RAE que el criterio diferenciador entre ambos conceptos es la dureza? Pues de una malinterpretación de una vulgarización geológica.
Me explico. Como en cualquier otra ciencia, en Geología nos encanta hacer clasificaciones de absolutamente todo y ponerle nombres a cuál más complicado a cada uno de los subgrupos definidos. Y una de estas clasificaciones se fundamenta en el tamaño de grano del sedimento, es decir, en el diámetro de las partículas que son erosionadas, transportadas y depositadas en la superficie terrestre, antes de su enterramiento y litificación. Así se ha definido la escala granulométrica de Udden-Wentworth, que incluye tres grandes grupos: lodo, que alberga las partículas con diámetros inferiores a 0,063 mm; arena, que se refiere a los materiales con diámetros comprendidos entre 0,063 mm y 2 mm; y grava, para sedimentos de diámetros superiores a 2 mm. Estos son los nombres oficiales, los que encontraréis en los libros de texto y en las publicaciones científicas de índole geológica. Pero, ¿sabéis cómo los nombramos en privado las y los geólogos? Barro, arena y piedras.
Aquí es donde encontramos la palabra que buscábamos, en una denominación informal que hace referencia a pequeños fragmentos de roca, generalmente de menos de 20 o 30 cm de diámetro, que podemos coger con la mano y meterlos en la mochila cuando estamos en el campo. Pero esta definición de piedra es el secreto mejor guardado de las personas que nos dedicamos a la Geología, jamás diremos en público que usamos estos términos para referirnos a los materiales sedimentarios. Por eso la RAE ha errado en su definición, ya que no tenían toda la información: el tamaño de grano no tiene nada que ver con la dureza de los materiales.
Piedra es roca alterada
Pero no todo va a estar mal en el diccionario de la lengua española. Si prestamos atención a la cuarta y última acepción del término roca, veremos que dice “material sólido de origen natural formado por una asociación de minerales o por uno solo, que constituye una parte importante de la corteza terrestre”. Esa definición es casi perfecta, parece directamente sacada de un manual de Geología. ¿Y en el caso de piedra? Pues en la segunda entrada pone “trozo de piedra que se usa en la construcción”, mientras que la tercera alude a “piedra labrada con alguna inscripción o figura”, entendiendo en ambas el término piedra como esa “sustancia mineral, más o menos dura y compacta”. De nuevo, ambas entradas dan en el clavo. Porque la verdadera diferencia entre los conceptos roca y piedra, mundialmente aceptada en el ámbito geológico y que debería permear en la sociedad en general, es que una roca es un material sólido natural, mientras que una piedra es una roca que ha sido alterada de alguna manera por el ser humano (cortada, pulida, tallada, etc.). De esta manera, cuando vamos a una cantera encontraremos un afloramiento de rocas que van a ser explotadas y, en cuanto cortamos un nivel para sacar unas losas con las que trabajar, tendremos en nuestras manos unas piedras ornamentales.
Así que, aunque las personas profesionales de la Geología nos enfademos con el resto del mundo cuando usa la palabra piedra, no podemos decir nada si se están refiriendo a la encimera de la cocina, a la baldosa de la acera o a una punta de flecha encontrada en una excavación arqueológica. Pero seguiremos corrigiendo a la gente si llama piedra a un guijarro que se encuentre en el margen del cauce de un río, porque eso, aunque sea pequeña, es una roca, ya que es un material natural que no ha sufrido ninguna manufactura humana. Y permitidme un último consejo, no os quedéis solo con la primera entrada de la definición de una palabra cuando la busquéis en el diccionario, porque ya hemos visto que, a veces, son las últimas las que te dan la descripción correcta.
Sobre la autora: Blanca María Martínez es doctora en geología, investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y colaboradora externa del departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU
Bruno
Esas son las cosas que me gustan de tus comentarios. Además de amenos me enseñan a enfocar bien las cosas, de ser joven otra vez me gustaría ser tu alumno. Para que la roca que tengo por cabeza se convierta en una piedra y deje de ser lo mismo aunque los demás no se den cuenta