La mayor parte de los animales acuáticos son estenohalinos, no toleran cambios en la concentración de sales del medio externo y están, por lo tanto, obligados a vivir en un medio osmóticamente estable, ya sea el mar o las aguas dulces. En ese grupo se encuentran tanto animales osmoconcordantes (u osmoconformadores) como osmorreguladores. De los primeros ya nos ocupamos aquí; baste recordar que se encuentran en equilibrio hídrico y osmótico con el medio externo; son, de hecho, isosmóticos con el agua de mar. Pero han de realizar una cierta regulación iónica, porque las concentraciones de solutos inorgánicos no son las mismas dentro y fuera del organismo. Y de los segundos hemos tratado aquí (de agua dulce) y aquí (de agua de mar).
Pero aunque son una minoría, también hay animales acuáticos eurihalinos. Algunos son peces elasmobranquios, como el tiburón sarda y otros de su mismo grupo, de los que nos ocupamos aquí. Pero también hay invertebrados y teleósteos eurihalinos. Y los mecanismos que ponen en juego para poder hacer frente a los cambios ambientales de salinidad o para poder vivir en medios de concentración muy diferente (aunque en la práctica esa concentración no varíe) son muy distintos dependiendo, principalmente, de si son osmoconcordantes (poiquilosmóticos) u osmorreguladores (homeosmóticos).
Aunque la mayor parte de los invertebrados marinos osmoconcordantes son estenohalinos, hay unas pocas especies que toleran cambios en la salinidad ambiental. Los mejor estudiados son, quizás, los bivalvos. Numerosos miembros de este grupo viven en zonas costeras sometidas a la influencia de los ríos (bahías, ensenadas, lagunas costeras) o penetran, incluso, en los estuarios. Muchas especies de mejillones, berberechos, almejas u ostras, se encuentran en ese grupo. Estos animales permiten que su medio interno se diluya cuando lo hace el externo, y por ello, también el medio intracelular se diluye en la misma medida. Pero esa dilución no es pasiva; no es consecuencia de una invasión de agua de sus células, ya que si ello ocurriera podrían llegar a estallar o, cuando menos, a ver alterados gravemente todos los procesos que dependen de la estructura de la membrana celular. Además, también la concentración intracelular de potasio se reduciría, con los consiguientes daños al funcionamiento de las proteínas celulares, cuya integridad funcional depende precisamente de la concentración del principal catión intracelular. La dilución del medio intracelular se produce mediante una reducción activa de la concentración de solutos orgánicos como aminoácidos, taurina y otros, los denominados efectores osmóticos, sustancias gracias a las cuales las células de los invertebrados marinos pueden mantenerse isosmóticas con el medio interno, sin que el K+ tenga por qué alcanzar concentraciones intracelulares inconvenientes.
Y luego tenemos animales eurihalinos que regulan activamente la concentración osmótica de su medio interno, aunque lo suelen hacer en rangos limitados de salinidad. Estos suelen asignarse, a su vez, a dos grandes categorías, los reguladores hiper-isosmóticos y los reguladores hiper-hiposmóticos.
Los del primer grupo mantienen su concentración interna por encima de la ambiental, aunque la diferencia se reduce conforme aumenta la concentración osmótica exterior. A este grupo pertenecen especies predominantemente dulceacuícolas que tienen la capacidad para adentrarse en aguas salobres, como algunos peces de la familia Cyprinidae, y otras propias de zonas costeras y estuarinas, como algunos anfípodos y crustáceos. La adaptación a aguas de diferente concentración, pero siempre igual o inferior a la interna, se basa en la capacidad para modificar la intensidad con que funcionan los mecanismos propios de la regulación hiperosmótica (grado de dilución y tasa de producción de orina, así como tasas de recuperación de solutos a través de las branquias).
Los reguladores hiper-hiposmóticos son animales que mantienen su concentración interna constante en condiciones tanto hiper como hiposmóticas. En otras palabras, a bajas concentraciones ambientales, su concentración interna se encuentra por encima de la externa, y lo contrario ocurre a altas concentraciones ambientales. Esta forma de regulación es característica de ciertos crustáceos que habitan zonas intermareales, como algunos cangrejos violinistas y especies próximas.
Por último tenemos a los peces diádromos, pero de esos nos ocuparemos en una próxima anotación, porque es dudoso que deban ser considerados eurihalinos.
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
La regulación osmótica de los peces diádromos – Cuaderno de Cultura Científica
[…] en la anotación anterior que hay animales eurihalinos, capaces de tolerar cambios en la concentración salina del medio en el que viven. Y hay también […]