La semana pasada se presentó la VII Encuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la Fecyt (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología). Muchos son los datos que habría que analizar; algunos buenos, otros no tanto y unos cuantos muy malos, pero hoy me gustaría centrarme en este: hay un 24% de ciudadanos que se declaran poco o nada interesados por la ciencia.
A la pregunta ¿Por qué no le interesa la ciencia?
– un 39% contesta «No despierta mi interés»
– un 35,9% contesta «No la entiendo»
Vamos a imaginar que la «culpa» de esos porcentajes se reparte al 50% entre ellos, por no interesarse, y la ciencia, por no lograr despertar su interés y no hacerse entender.
¿Qué puede hacer la ciencia?
Hoy traigo cuatro iniciativas de lo que se conoce como ciencia ciudadana. ¿Qué es exactamente la ciencia ciudadana?
Se conoce con este (horrible) nombre a los proyectos que se ponen en marcha desde instituciones científicas, universidades, fundaciones, laboratorios o proyectos de investigación para contar con la colaboración de la sociedad, fundamentalmente en la recogida y observación de datos.
No se trata de sustituir el trabajo de los científicos ni de parchear la falta evidente de financiación que sufre la investigación.
Con la ciencia ciudadana se pretende aprovechar las nuevas tecnologías, que permiten la creación de aplicaciones eficaces, fáciles de utilizar y susceptibles de ser monitorizadas, para que la recogida de datos en determinadas investigaciones sea más amplia, implique un mayor volumen de datos y ahorre tiempo a los investigadores, que podrán dedicarlo a otras tareas más especializadas.
La implicación de los ciudadanos en estas tareas, mediante el uso de las nuevas tecnologías, además de suponer un beneficio práctico para la ciencia procura un beneficio social que acerca la ciencia y sus métodos a la ciudadanía. Es, además, una excelente manera de involucrar a muchas personas que sienten que no tienen interés o que no entienden la ciencia, al poner a su alcance un medio de entenderla y de participar en ella.
¿Puede que ese 24% de ciudadanos no se interese a pesar de estas iniciativas? Puede. Pero eso no justifica que desde la ciencia no se haga un esfuerzo por intentarlo.
Veamos primero dos iniciativas aptas para todos los públicos e incluso muy adecuadas para realizar con niños, implicándolos desde pequeños en la cultura de la observación de la naturaleza.
Es un proyecto puesto en marcha por el Institut de Ciènces del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Con él se pretende que los ciudadanos, tanto a través de sus actividades de ocio como profesionales, recojan información de todo tipo sobre los mares y océanos; tanto sobre fauna y flora marinas (distribución, abundancia, aparición de especies ‘raras’ o invasoras, etc.), como sobre contaminación superficial y del fondo. Han puesto en marcha varios proyectos de observación dedicados a la fauna y la flora: gorgonias en peligro, peces invasores, alerta medusas, crustáceos decápodos, peces mediterráneos, aves marinas y esponjas amenazadas. O los de plástico 0 y basura en el fondo marino, dedicados al control de la contaminación de los mares.
Para cada una de esas actividades hay aplicaciones diferentes, consejos para realizar las observaciones y un científico encargado de las posibles dudas.
Es un proyecto del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC. Se trata de recabar la colaboración ciudadana para una observación de seguimiento a largo plazo de plantas y hábitats del Pirineo. Se puede elegir un nivel de implicación y se deben seguir unos protocolos que son controlados por los científicos. Los niveles van desde la simple observación y toma de muestras para enviar después al Instituto hasta la elección de un único ejemplar que se debe observar durante años. (Un sólo día al año es suficiente)
También hay proyectos de ciencia ciudadana que pueden hacerse sin salir de casa, desde nuestro ordenador.
Este proyecto forma parte de Ibercivis, iniciativa de ciencia ciudadana que recoge experimentos puestos en marcha por varios centros. Cellspoting depende del Instituto Universitario de Investigación, Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza y lo que pretende es implicar a los ciudadanos en la investigación del cáncer.
Los voluntarios reciben en sus ordenadores imágenes de células tumorales y deben responder a una serie de preguntas sobre ellas. Eso permite a los científicos conocer el estado de varios cultivos. Las imágenes se envían a varios participantes para validar los resultados.
Operación diario de guerra (en inglés)
Por último, una investigación de historia que necesita de la participación ciudadana. En este caso, se engloba dentro de la plataforma Zoouniverse y consiste en bucear en millón y medio de páginas de diarios de guerra de las distintas unidades del ejército británico en la I Guerra Mundial, para conocer qué ocurrió exactamente y poder extraer toda la información posible de esos registros que 100 años después no han podido ser estudiados en profundidad. La aplicación permite ir completando los datos de esas páginas que aparecen escaneadas en nuestros ordenadores y que fueron escritas hace 100 años por soldados que jamás hubieran imaginado este futuro.
Existen muchísimas más iniciativas de ciencia ciudadana, hoy he querido traer estas cuatro al Cuaderno de Cultura Científica para darlas a conocer. Puede que con ellas no consigamos despertar el interés de todo ese 24% pero no por ello debemos dejar de intentarlo, por su bien y por el de la ciencia.
Sobre la autora: Ana Ribera (Molinos) es historiadora y cuenta con más de 14 años de experiencia en el mundo de la televisión. Autora de los blogs: Cosas que (me) pasan yPisando Charcos.
javi
No se si aplica como ciencia ciudadana, pero: http://crayfis.io/about.html