La unidad de selección en la evolución y el origen del altruismo (1): En el comienzo fue Darwin

Series

Darwin_-_Descent_of_Man_(1871) (1)

Darwin formuló su teoría de la evolución de los organismos por selección natural porque quería explicar el origen de las diferentes especies y a qué se deben las diferencias entre unas y otras. Los organismos de una misma especie e, incluso, de una misma población difieren entre sí, tienen características distintas, transmiten muchos de sus caracteres en herencia a la siguiente generación, se diferencian en éxito reproductor, de manera que unos individuos tienen más descendencia que otros y, como consecuencia de todo ello, la población o la especie entera incluso, cambia. El cambio puede llegar a ser de tal entidad que de lo que era una especie pueden surgir otras. Esa idea básica es susceptible de ser aplicada en diferentes niveles de la jerarquía biológica, podría operar en genes, células, organismos, grupos y especies.

Uno de los debates más intensos y que más se ha prolongado durante los últimos cincuenta años, aproximadamente, en el campo de la biología evolutiva es precisamente el relativo a cuál o cuáles de los niveles de organización biológica es el sujeto de las presiones selectivas que constituyen el motor del proceso evolutivo. Desde la publicación de On the Origin of Species de Charles Darwin en 1859 y hasta, aproximadamente, un siglo después, el organismo individual había sido considerado el sujeto de la selección natural. Pero durante las últimas décadas se ha suscitado un vivo debate al respecto.

En cierto modo, la idea de que la selección podría actuar sobre entidades diferentes del organismo individual ya había sido apuntada por Darwin (1871) en The Descent of Man, donde afirmó que el carácter moral en las tribus humanas puede haber sido favorecido por la selección natural actuando sobre los grupos. El párrafo en cuestión es el siguiente (la traducción es propia, por lo que puede contener alguna incorrección):

“No debe olvidarse que aunque unos altos estándares de moralidad no proporcionan más que una pequeña ventaja o, incluso, ninguna ventaja a cada individuo y a sus hijos sobre otros individuos de la misma tribu, sin embargo un incremento en el número de personas de bien y un avance en los estándares de moralidad ciertamente proporcionarán una ventaja inmensa a una tribu sobre otra. Una tribu que incluye muchos miembros que, de poseer un alto grado del espíritu de patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje y simpatía, siempre estuviesen dispuestos a ayudarse unos a otros, a sacrificarse a sí mismos por el bien común, resultaría victoriosa sobre la mayoría de las demás tribus, y esto sería selección natural. En todas las épocas y a lo largo y ancho de todo el mundo unas tribus han desplazado a otras tribus; y como la moralidad es un elemento importante de su éxito, el estándar de moralidad y el número de hombres de bien tenderá a subir y se elevará por todas partes.”

Como puede comprobarse, en ese párrafo afirma sin ambages que el carácter moral en las tribus humanas puede haber sido favorecido por la selección natural actuando sobre los grupos. Son precisamente esas cuestiones (altruismo, prosocialidad, moralidad) aquéllas cuyo origen ha sido relacionado por algunos autores con la selección que actúa en el nivel de grupo.

En las anotaciones que seguirán a ésta relataré–sin ánimo de ser exhaustivo- algunas de las aportaciones al debate relativo a los orígenes de la prosocialidad y el altruismo humano, repasando principalmente los argumentos esgrimidos a favor de tres alternativas, que son las que abogan por el gen, por el organismo, o por una multiplicidad de entidades de diferente jerarquía como sujetos de la selección natural. El debate, como se verá al concluir esta serie que abrimos hoy, no ha terminado.


Esta serie está formada por los siguientes capítulos:

  1. En el comienzo fue Darwin
  2. La selección grupal de Wynne-Edwards
  3. La “doctrina” de Williams y el gen egoísta de Dawkins
  4. Los replicadores e interactores de Hull y los tres principios de Lewontin
  5. Mayr y Gould, dos evolucionistas frente al gen egoísta
  6. La crítica de Godfrey-Smith a la selección centrada en el gen
  7. La selección multinivel
  8. Selección de parentesco y altruismo recíproco
  9. Algunas propuestas unificadoras
  10. La selección de grupo
  11. La conquista social de la Tierra
  12. Dawkins y Pinker responden a Edward Wilson
  13. El turno de David Wilson
  14. El papel de la coevolución genético-cultural

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

19 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *