La paradoja del asno de Buridán

Matemoción

Jean Buridan (hacia 1292-hacia 1363) fue un filósofo escolástico francés, instigador del escepticismo religioso en Europa.

Historieta satírica estadounidense (hacia 1900) sobre la indecisión del Congreso entre la elección de la ruta del canal de Panamá o del canal de Nicaragua y aludiendo a la paradoja de Buridán. Imagen: Wikimedia Commons.

Una leyenda –propagada por la Balada de las damas de antaño del poeta François Villon (1431-1463¿?) y popularizada por el cantautor Georges Brassens– asociaba a Buridan –equivocadamente– con el escándalo de la torre de Nesle:

Y ¿dónde está, si no, la reina
que a Buridán hizo meter
en un saco y lo tiró al Sena?
¿Dónde están las nieves de ayer?
¿En un saco y lo tiró al Sena?
¿Dónde están las nieves de ayer?

Fragmento extraído de ‘Brassens en castellano’ (traducido por Ramón García Toga)

Su nombre se asocia también a un experimento mental conocido como ‘la paradoja del asno de Buridán’, a pesar de que no se recoge en ninguna de las obras conocidas de este filósofo. Sin embargo, un problema similar aparece en el tratado Sobre el cielo de Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.)​​​, en un momento en el que su autor se preguntaba sobre cómo un hombre sediento y hambriento, situado a la misma distancia de una mesa llena de alimentos y otra llena de bebidas, se las arreglaría para escoger entre ambas ofertas… Y concluía que necesariamente, ¡se mantendría inmóvil!

En su comentario sobre el anterior tratado del polímata griego, Buridan cambiaba a la persona por un perro confrontado a este cruel dilema. Aludía a esta posibilidad como a la de una alternativa sin sentido comparable ‘a la que debería sopesar los méritos de la gravedad terrestre y del objeto pesado que se somete a ella.’

Buridan no discutió este problema en particular, pero aludía en su obra a la existencia de un determinismo moral en el que un ser humano que se enfrenta a posibles decisiones, siempre debe elegir el mayor bien, aunque la voluntad puede demorar la elección.

L’âne de Buridan entre deux opinions (1859) por A-C-H de Noé. Imagen: Wikimedia Commons.

Posteriormente se satirizó esta visión por medio de la historia de un asno sediento y hambriento, situado a la misma distancia entre un cubo de agua y otro de avena… y que acababa muriendo, incapaz de elegir el cubo por el que le convenía.

Más que una paradoja, esta historia podría catalogarse como un dilema llevado al absurdo, ambos rasgos caracterizando el fenómeno del doble vínculo.

Parece que Baruch Spinoza (1632-1677) fue el primero en hablar de la Buridani asina –la asna de Buridán… en efecto, no el asno– en su Ethica (traducción de Vidal Peña):

[…] Puede objetarse que si el hombre no obra en virtud de la libertad de su voluntad, ¿qué sucederá si está en equilibrio, como el asna de Buridán? ¿Perecerá de hambre y sed? Si lo admito, parecería que pienso en un asno, o en una estatua de hombre, y no en un hombre, pero si lo niego, entonces el hombre se determinará a sí mismo y, por consiguiente, tendrá la facultad de dirigirse a donde quiera y hacer lo que quiera. […] Concedo por completo que un hombre, puesto en tal equilibrio (a saber, sin otras percepciones que las de la sed y el hambre, y las de tal y cual comida y bebida que están a igual distancia de él), perecerá de hambre y sed. Si me preguntan: ¿acaso tal hombre no debe ser estimado más bien como un asno que como un hombre?, respondo que no lo sé, como tampoco sé cómo ha de ser estimado el que se ahorca, o cómo han de ser estimados los niños, los necios, los locos, etc.

Buridan y Spinoza difieren en sus conclusiones. Para el primero, el asno moriría, pero un ser humano enfrentado a la misma situación sería capaz de elegir arbitrariamente… para el segundo el hombre actuaría de la misma manera que el animal… ¿Qué opináis?

Referencias:

Jean Buridan, Wikipédia (consultado el 19 de noviembre de 2018)

Sobre la autora: Marta Macho Stadler es profesora de Topología en el Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU, y colaboradora asidua en ZTFNews, el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología de esta universidad.

4 comentarios

  • Avatar de Masgüel

    «¿Qué opináis?»

    Que Spinoza se equivoca. Si hasta una esfera, sin voluntad ni preferencias, cae espontáneamente en cualquier dirección desde la cima de un domo de Norton (https://mappingignorance.org/2016/02/08/classical-indeterminism-or-laplaces-demons-nightmare/), con más razón un animal, equino o humano, entre dos opciones igualmente apetecibles, preferirá cualquiera a ninguna. Y elegirá.
    También es una elección la del que se empecina en una postura metafísica tan absurda como el determinismo.

  • Avatar de Iñaki

    No entiendo la paradoja, a ver si alguien me aclara la situacion. Debo elegir entre resolver un problema o resolver el otro. Bien, toda eleccion implica una renuncia. Si elijo comer no bebo y viceversa. Ahora bien ¿tomar ahora una decision implica que siempre debo tomar la misma decision?
    ¿puedo alternar las decisiones y decidir ahora una y despues otra?
    ¿y si decido tomar un alimento que ademas sea rico en agua?
    Suponqo que he debido equivocarme al tratar de entender la paradoja.
    ¿podeis aclararmelo?

    Gracias.

  • Avatar de Luciano

    Estoy convencido de que si intento hacer el experimento el burro se va a dirigir arbitrariamente a uno de los fardos y se va a alimentar. Pregunto: ¿Qué situación se daría en el experimento mental que haría que el burro no coma y que no podemos recrear en el experimento real?

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