Las dietas detox ni desintoxican ni adelgazan

Fronteras

Después de las fiestas de Navidad y de los periodos vacacionales, muchos cambian el turrón y las bebidas alcohólicas por zumos detox y dietas milagro. Nace una especie de obsesión por purificar el organismo y ya de paso perder los kilos que hemos ganado. Hay que compensar los excesos. Tenemos la dieta de la alcachofa, del pomelo, de los zumos depurativos, del agua con limón, de la piña, etc. Este tipo de dietas ni sirven para perder peso, ya que tienen un efecto rebote que puede hacernos ganar más peso del que teníamos cuando la empezamos, ni sirven para desintoxicar nuestro organismo. Ningún alimento desintoxica. El concepto detox es muy marquetiniano, sirve para vender, pero desgraciadamente no sirve para nada más.

  • El origen de las dietas detox

La primera dieta milagro que causó furor fue la de la sopa de repollo en los años 60. Consistía en consumir exclusivamente sopa de repollo tres o cuatro veces al día. Sufrirías agotamiento y mareos, pero a cambio esa dieta te prometía bajar de peso.

Probablemente la primera dieta que se puso de moda como dieta detox fue la del pomelo allá por los años 70. ¿Por qué les dio por el pomelo y no por cualquier otra fruta o verdura? Nada tiene que ver con la salud. La razón fue que en esa década hubo un excedente en la producción de pomelo. Fue una estrategia brillante para revertir la relación oferta/demanda y que el pomelo subiera de precio.

El verdadero auge de los zumos detox ocurrió a partir de 2010. En esta década nacieron los juicers –algo así como zumeros-, personas que creen limpiar su organismo y controlar su peso a base de zumos detox. Esta suerte de movimiento surgió de la mano de Joe Cross, un empresario australiano que saltó a la fama por protagonizar la película Gordo, enfermo y casi muerto. Pesaba 140 kg y padecía una enfermedad autoinmune. La película es un documental en el que Joe Cross se pasa 60 días alimentándose de zumos. Hoy en día dirige una marca de salud y estilo de vida y es autor de varios libros. El movimiento de juicers que lidera le ha venido muy bien a la industria de las licuadoras: las ventas de licuadoras se dispararon tras el documental.

  • Nuestro organismo no necesita desintoxicarse

En nuestro cuerpo contamos con dos órganos detox por excelencia: el hígado y los riñones. También hacen lo propio la piel, los pulmones, el intestino y el sistema linfático. Es fisiología básica. No necesitamos un zumo de pomelo ni un agua con limón para animar a nuestros órganos a ponerse a trabajar. Ellos solitos ya saben bien lo que hay que hacer, y si no, estaríamos ante un cuadro de insuficiencia que desgraciadamente no se resuelve con zumos.

La intoxicación es un concepto médico. Nos podemos intoxicar con drogas o con venenos. De ahí el término desintoxicación que se aplica a las personas que padecen drogadicción. También podemos intoxicarnos con venenos, como quien ingiere lejía de forma accidental o quien consume un pescado contaminado con metales pesados. Ninguna de estas intoxicaciones se subsana con zumos o dietas milagro, sino con atención médica.

No obstante, se han hecho estudios científicos sobre las dietas detox. La conclusión es que no sirven para desintoxicar nuestro organismo ni tienen un efecto positivo sobre nuestra salud.

  • Las dietas detox ni desintoxican ni sirven para perder peso

La evidencia científica de la que disponemos nos dice que, tal y como cabía esperar, las dietas detox no sirven para desintoxicar. El término detox resulta atractivo, pero no es una alegación saludable reconocida por ninguna autoridad sanitaria. Es decir, no significa nada. Cualquier alimento puede llamarse detox porque sí, sin demostrar nada en absoluto. Turrón detox. Cerveza detox. Zumo detox. Es lo mismo.

La evidencia científica también nos dice que las dietas detox tampoco sirven para perder peso, sino todo lo contrario. Tras varios días alimentándonos solo a base de zumos sí experimentaremos una notable pérdida de peso. Ocurriría lo mismo si nos alimentamos solo de rodajas de piña, de vasos de agua o de nada. La restricción calórica severa tiene como consecuencia directa la pérdida de peso. No obstante, esta pérdida de peso es ficticia, se debe en mayor medida a pérdida de líquidos y no a pérdida de grasa, y además se recupera rápidamente. Esto tiene una razón biológica de ser. Ante la escasez de alimento, nuestro metabolismo entra en “modo ahorro de energía” como mecanismo de supervivencia. Esto quiere decir que las dietas hipocalóricas “ralentizan” nuestro metabolismo, de modo que en cuanto dejamos de hacer dieta (o casi ayuno) se producirá el conocido “efecto rebote”: un aumento de peso repentino en cuanto abandonamos la dieta, superior al peso de inicio.

Estos cambios metabólicos inducidos por esta clase de dietas también tienen implicaciones sobre el apetito: se ha demostrado que por cada kilo perdido tras este tipo de dieta la ingesta media aumenta en 100 kcal diarias.

  • Las dietas detox tienen riesgos

Pasarte varios días alimentándote de un solo tipo de alimento o consumiendo solo zumos es contraproducente. El contra más evidente es que pasaremos hambre y eso tiene implicaciones en el estado de ánimo: irritabilidad, falta de concentración, apatía… En cierto modo estas dietas depurativas son una especie de penitencia a la que nos sometemos voluntariamente para resarcirnos del pecado del exceso. Por eso las implicaciones psicológicas de este tipo de conductas no son menores.

Otros de los riesgos son la malnutrición y la desnutrición. Falta de nutrientes, sobre todo proteínas y vitaminas, y desequilibrios electrolíticos. Además, algunas de estas dietas implican el consumo de laxantes y diuréticos -aunque sean de origen natural- que enfatizan el problema. Estas dietas no nos sanan, sino que nos enferman.

Tampoco es una buena elección consumir frutas y verduras en forma de zumo. En cuanto exprimimos la fruta, los azúcares que antes eran saludables se convierten en azúcares libres. Las principales autoridades sanitarias, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, alertan sobre el consumo de zumos y su relación con la obesidad y la diabetes tipo II. Al hacer zumo estamos dejando la fibra en la licuadora o el exprimidor, por lo que metabolizamos los azúcares de diferente manera, tanto es así que se convierten en azúcares insalubres. Además, hay que tener en cuenta que no es lo mismo masticar que beber, no solo con respecto al hábito, sino con respecto a la saciedad. Nos sacia más comernos una manzana que bebernos un zumo hecho con una manzana, un plátano y una naranja.

Otro riesgo tiene que ver con la errónea idea de la compensación. Del mismo modo que practicar deporte no compensa el consumo de azúcares libres, pasarnos varios días a zumos no compensa las comidas copiosas o el consumo de alcohol. Lo que provocan estas conductas compensatorias es la perpetuación de malos hábitos alimenticios y favorecen la aparición de trastornos en la conducta alimentaria, como el trastorno de purga, la bulimia nerviosa o la preocupación patológica por la comida sana (comúnmente llamada ortorexia).

  • Zumos detox y estatus

Cuando vimos a las protagonistas de Sexo en Nueva York beber café en vasos de cartón, los demás no íbamos a ser menos. Podemos hacer pasar por glamurosa cualquier absurdez. Incluso en los países en los que hay una especie de culto alrededor del buen café, las cadenas que ofrecen litronas aguadas a precio de oro han triunfado.

Eva Longoria, Jessica Alba, Elsa Pataky, Jennifer Garner, Miley Cyrus, Blake Lively o Anne Hathaway han dejado de pasearse con cafés y ahora lo hacen con un brebaje verde llamado green juice a base de verduras de moda como el kale (o col rizada). Dile al mundo que tu intención es cuidarte, aunque lo hagas sin ningún tipo de conocimiento. Y luego publica un selfie con tu zumo detox en las redes sociales, porque de eso se trata, de definir quién eres. Hasta un zumo verde puede definirte incluso mejor que tus zapatos.

También hay influencers que solo se alimentan de zumos. Se les llama juice cleanses (algo así como limpiezas con zumo). Es decir, las dietas detox de siempre pero con un nombre más cool. Estrellas como Salma Hayek o Gwyneth Paltrow han amadrinado diferentes marcas de cleanses. En programa de cinco días de zumos favorito de Paltrow puede costar hasta 400 dólares, y el menú de Hayek ronda los 58 dólares diarios.

No se trata de cuidar la salud sino de cuidar tu estatus. Y bueno, en general los zumos son más baratos que las joyas.

  • Conclusiones

Si eres consciente de que durante las últimas vacaciones te has alimentado mal, ya tienes algo ganado. Aprovecha para dejar de hacerlo mal y comenzar a hacerlo bien. Si no sabes cómo, o si crees que podrías padecer obesidad o algún trastorno en la conducta alimentaria, como comer por ansiedad, es el momento de que visites a un especialista en nutrición. Pasarte una o dos semanas siguiendo una dieta detox no solucionará el problema, sino que lo empeorará. De hecho, cualquier dieta que sea imposible mantener a lo largo del tiempo, no es una buena dieta.

Los zumos detox y las dietas milagro ni sirven para desintoxicarnos ni sirven para perder peso, sino lo contrario. En el mejor de los casos solo perderemos tiempo y dinero, en el peor además perderemos salud.

Referencias:

Detox diets for toxin elimination and weight management: a critical review of the evidence. Klein AV, Kiat H. J Hum Nutr Diet. 2015 Dec;28(6):675-86. doi: 10.1111/jhn.12286

Maintenance of Lost Weight and Long-Term Management of Obesity. Hall KD, Kahan S. Med Clin North Am. 2018 Jan;102(1):183-197. doi: 10.1016/j.mcna.2017.08.012

How strongly does appetite counter weight loss? Quantification of the feedback control of human energy intake. David Polidori, Arjun Sanghvi, Randy Seeley, and Kevin D. Hall. Obesity (Silver Spring). 2016 Nov; 24(11): 2289–2295. doi: 10.1002/oby.21653

Potential relationship between juice cleanse diets and eating disorders. A qualitative pilot study. Bóna E, Forgács A, Túry F. Orv Hetil. 2018 Jul;159(28):1153-1157. doi: 10.1556/650.2018.31090

Sobre la autora: Déborah García Bello es química y divulgadora científica

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