Un nuevo estudio del profesor Jordan Santos-Concejero, del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV/EHU, sugiere que los corredores kenianos de élite no pueden defender su oxigenación cerebral cuando se les obliga a correr hasta la extenuación y cerca de sus límites fisiológicos. Esto contradice en parte los resultados de un estudio publicado previamente y enfatiza la importancia crítica del control del ritmo en su éxito en las pruebas de resistencia.
El estudio inicial, realizado por el doctor del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV/EHU, sugería que la capacidad de los atletas kenianos de mantener su oxigenación cerebral en un rango estable durante esfuerzos máximos (sobre una contrarreloj de 5 kilómetros), podría ser una de las razones que explicara el éxito de estos corredores en las pruebas de fondo.
Sin embargo, teniendo en cuenta que una contrarreloj sobre esa distancia implica la posibilidad de los atletas a elegir el ritmo, se planteó la necesidad de estudiar las respuestas de la oxigenación cerebral en un esfuerzo máximo donde la intensidad del ejercicio les fuera impuesta. Para ello, se diseñó un test interválico de repeticiones de 1.000 metros a una velocidad un 5% superior a la media obtenida en la contrarreloj de 5 km, con una recuperación de 30 segundos entre repeticiones. El objetivo era hacer el mayor número de repeticiones posible, por lo que se ofreció a los atletas incentivos económicos por cada repetición extra completada (como dato, el mejor de los atletas fue capaz de completar 8 repeticiones de 1.000 metros a una velocidad de 2 minutos y 48 segundos por kilómetro en el tapiz rodante).
Con ese protocolo de ejercicio, que aseguraba la extenuación total, se obtuvieron resultados que contradicen en parte los del estudio publicado originalmente, ya que se observó una caída en la oxigenación cerebral de todos los atletas en la parte final del test interválico. «La caída en su oxigenación cerebral creemos que puede estar motivada por una reducción en la presión parcial de CO2 en sangre (hipocapnia), como resultado de la hiperventilación consecuencia del ejercicio», explica el profesor Santos-Concejero.
La hiperventilación es una de las respuestas fisiológicas del organismo a la reducción del pH sanguíneo que se observa durante ejercicios de alta intensidad. Esa caída en el pH estimula quimiorreceptores periféricos que promueven una potente respuesta respiratoria para mantener el pH dentro de un rango definido, en gran medida por medio de la expulsión del exceso de CO2 derivado de la acción del tampón fisiológico del bicarbonato para compensar la acidosis.
La hipocapnia resultante de esta potente respuesta respiratoria (una vez superado el conocido como «punto de compensación respiratoria») puede provocar así una vasoconstricción a nivel cerebral que reduciría el flujo sanguíneo, afectando de esta manera a la oxigenación cerebral, como se ha visto en el estudio.
En cualquier caso, la intensidad de ejercicio a la que se produce la caída en la oxigenación cerebral de los kenianos del estudio (95% de su VO2máx) está por encima de lo documentado nunca antes por atletas de élite de cualquier disciplina. Además, curiosamente, los mejores atletas del estudio (aquellos que consiguieron no sólo completar más series de 1.000 metros, sino que lo hicieron a un ritmo superior) fueron capaces de soportar mayores caídas en su oxigenación cerebral antes de colapsar; una prueba más de la importancia de ese factor como limitante del rendimiento humano.
Referencia:
Santos-Concejero, J., Billaut, F., Grobler, L., Oliván, J., Noakes, T.D., Tucker, R.. ‘Brain oxygenation declines in elite Kenyan runners during a maximal interval training session’. European Journal of Applied Physiology 2017 Mar 20. DOI: 10.1007/s00421-017-3590-4
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa